El ganador del premio nobel de medicina de 1993, Richard .J Roberts, denuncia el como las empresas farmacéuticas apoyan más a la producción y comercialización de medicamentos cronificados a comparación de las que serían capaces de curar enfermedades completamente.
“Los fármacos que curan no son rentables y por eso no son desarrollados por las farmacéuticas que, en cambio, sí desarrollan medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada”, así comenta el docente en Harvard y en el Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York, Richard .J Roberts, por la revista digital “PijamaSurf”.
La situación que se ve entre los científicos e investigadores con las farmacéuticas se vuelve tensa, ya que estos acusan a estas industrias de olvidarse de servir a las personas y preocuparse más porque el negocio sea más rentable económicamente. Roberts comenta el como investigadores con trabajos dependientes de fondos privados podría dar con alguna medicina muy eficaz que ayudaría a dar fin con alguna enfermedad.
“Algunos fármacos que podrían curar del todo una enfermedad no son investigados. Hasta qué punto es válido que la industria de la salud se rija por los mismos valores y principios que el mercado capitalista, los cuales llegan a parecerse mucho a la mafia”, se pregunta el ganador del premio nobel de medicina de 1993. Añade también, que las empresas dejan de investigar porque “no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento”.
La ambición de los empresarios en la industria de la salud hace que llegar a un posible futuro libre de enfermedades sea casi una fantasía para las personas. En el portal web de “PijanaSurf” publicaron una nota con datos reveladores que exponían la verdad de grandes compañías farmacéuticas en Estados Unidos gastando cientos de millones de dólares al año pagando a doctores para que promuevan sus medicamentos.
Con respecto a el ¿por qué? de los políticos que no terminan de hacer algo ante estas medidas tan inmorales por parte de las empresas, Richard .J Roberts comenta “en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos”.
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VIVIMOS EN UNA ERA MARAVILLOSA. A NUESTRO ALCANCE TENEMOS EL CONOCIMIENTO NECESARIO PARA TRASCENDER COMO ESPECIE EN MILES DE FORMAS, YA SÓLO OCUPAMOS SER PRACTICANTES AUTÉNTICOS DE LOS IDEALES HUMANOS PARA QUE LOGREMOS SER GENTE ÉPICA. SI EXPERIMENTAMOS LA SALUD DE MI VECINO CON LA MISMA SENSIBILIDAD QUE EXPERIMENTAMOS LA SALUD DE UN FAMILIAR CERCANO, ES CLARO QUE LA ÉTICA SOCIAL SERÍA MÁS UN ASUNTO PRACTICO Y DE SENTIDO COMÚN QUE UN TEMA PARA COMENTAR DE VEZ EN CUANDO, EN ESPECIAL CUANDO NO NOS FAVORECE EL ACTUAR CAÓTICO DE LAS CORPORACIONES.
EL BIENESTAR HUMANO DEPENDE NO SÓLO DE CORPORACIONES CONVERTIDAS A LAS BUENAS PRÁCTICAS, POR EFECTO DE ESTAR LISTOS PARA GANAR MÚLTIPLES VECES MÁS DE LO QUE GANAN ACTUALMENTE, CREYENDO QUE NO MERECEN SER ÚTILES, PERO MUCHO ANTES DEPENDEMOS DE NOSOTROS MISMO Y NUESTRA CAPACIDAD DE TOMAR DECISIONES DE FORMA CONSCIENTE Y COMPASIVA EN RELACIÓN CON NOSOTROS MISMOS Y LOS DEMÁS, ENTENDIENDO QUE ES EL MISMO CIUDADANO, QUIÉN COMPRA PLACEBOS DE TODA CLASE, QUE QUIÉN SE CREA ESA NECESIDAD POR DESCONOCER LA RIQUEZA DE SU CORAZÓN.