Es increíble como una compañía holandesa aprovecha la electricidad de las plantas vivas para luego poder utilizarla en cargadores de teléfonos celulares, Wi-Fi, y en más de 300 lamparas LED en algunos sitios de los países bajos. Plant-e publicó su proyecto en noviembre de 2014 en Hamburgo, cerca de Amsterdam. El poder de esta planta también está siendo utilizado cerca de la sede de la compañía en Wageningen.

Algunos investigadores están buscando maneras de generar electricidad en el aire, lo que llamamos energía eólica, la idea de Plant-e es similar. Los fundadores de este proyecto miraban al mundo natural y se preguntaban dónde la energía perdida podría ser aprovechada y utilizada por la humanidad. Encontrando su respuesta en el subproducto de la fotosíntesis en las plantas. Plant-e podría marcar el comienzo de la próxima revolución en energía limpia.

Plant-e

La recolección de energía de plantas que crecen ha recorrido un largo camino desde que estábamos en la escuela y realizábamos proyectos de relojes que funcionaban a través de papas. El enfoque de Plant-e tiene el mismo principio, pero es diferente, debido a que no se tiene que dañar la planta para aprovechar su energía.

Actualmente existe un proyecto para el alumbrado público de Holanda. Para que Plant-e genere electricidad el cultivo de plantas esta en recipientes de plástico de dos metros cuadrados. Las plantas al realizar la fotosíntesis convierte la energía solar en azúcares. A medida que van creciendo generan mas azucares de las que necesitan y el exceso es expulsado a través de sus raíces en el suelo circundante que se descomponen en protones y electrones y de esta manera cuando el sistema de Plant-e utiliza los electrodos en el suelo genera la electricidad.

¿Que tal si hacemos nuestro propio Plant-e?

Todo lo que necesitamos es una fuente de luz como el sol por ejemplo, el dióxido de carbono, agua y un campo donde plantarlas. De esta manera se podría llevar electricidad a regiones aisladas que no tienen posibilidad de la misma ya que puedes aprovechar los grandes campos sin importar que no sean aptas para el cultivo y así formar fuentes de energía limpia.