Todo el mundo sabe que la contaminación del aire no es buena para la salud, ya que puede derivar en varios problemas para nuestro cuerpo. Dado esto, no debería sorprendernos que cada vez haya una mayor cantidad de estudios científicos sobre el tema, pero hay dos que destacan bastante sobre el resto.
Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en 2009 muestra que cuanto más baja es la concentración de particular finas en el aire, más bajos son los niveles de enfermedad y mortalidad. Lo mismo sucede en el otro sentido: a mayor cantidad de partículas, crece el índice de enfermedad y mortalidad.
El segundo estudio, realizado en China, arroja resultados similares. En el norte del país una de las principales actividades es la minería del carbón. Quienes viven en esta región llegan a vivir, en promedio, unos 5,5 años menos que quienes viven en el sur, donde la contaminación del aire y la cantidad de minas de carbón es menor. La situación se ha vuelto peor desde el año 2000.
Cuando alguien se queja de la contaminación aérea lo primero que le recomiendan es mudarse al campo, pero esa no siempre es la mejor solución. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha podido comprobar que la contaminación del aire en el interior de muchos hogares es de 2 a 5 veces mayor que en el exterior. Lo que más se recomienda en estos casos es cambiar los hábitos (evitar el gas natural, pinturas, cigarrilos, ciertos cosméticos, compuestos orgánicos volátiles, etc.) y ventilar la casa con mayor frecuencia.