Cada cierto tiempo, sale a la venta alguna tecnología nueva, la cual suplanta a los aparatos viejos que normalmente usamos. Cuando compramos un nuevo televisor, celular o algún otro electrodoméstico, muchas veces nos deshacemos del antiguo tirándolo a la basura, sobre todo si es muy viejo o si está roto y no funciona. Pero, alguna vez nos hemos preguntado, ¿qué pasa cuando tiro algún componente o aparato electrónico? ¿ a dónde va a parar?
Guiyu, ciudad de la República Popular de China, es una de las ciudades más contaminadas del mundo, y es víctima de los desechos electrónicos. La llamada «capital mundial de los desechos electrónicos». La ciudad de Guiyu, emplea a más de 150.000 personas encargadas de desensamblar aparatos, reciclarlos y rescatar partes que sirvan como repuesto o para la venta.
Sin embargo, los métodos utilizados para este tipo de trabajos de recuperación de desechos suelen ser contaminantes, además, muchos de los componentes de los aparatos electrónicos son contaminantes en si, incluso algunos pueden llegar a ser hasta radioactivos y muy perjudiciales para la salud. Debido a esto, muchas veces la condición de estas personas suele ser desfavorables y peligrosas para su salud física y mental, ya que los componentes a los cuáles están expuestos suelen ser contaminantes y peligrosos en su mayoría, y en algunos casos hasta inestables químicamente.
Estos componentes no están organizados en un espacio cerrado ni mucho menos, están apilados y amontonados por las calles de Guiyu. Miles y miles de kilogramos de basura electrónica acaba esparcida por las calles de la ciudad y las riberas cercanas al río. Se puede encontrar cientos de hilos y cables amontonados en forma de montaña en medio de las calles. Estos trabajadores, usan sus manos para desmontar las piezas de los componentes que encuentran, y luego barren lo que queda de ellos (tóner de impresora, residuos secos y líquidos, etc.) desde las calles directamente hacia el río.
Las condiciones de estos trabajadores son muy malas, al punto de que el propio aire de la ciudad de Guiyu, huele a plástico quemado y a metales nocivos, pero los trabajadores han aprendido a vivir en estas condiciones.
Sin embargo, lo bueno del trabajo, aunque es perjudicial y contaminante, es que le da sustento a 150.000 personas, lo que se traduce a 150.000 familias que necesitan de esto para vivir y ganarse la vida. Muchos se exponen a estos riesgos de salud porque no tienen otra forma de vivir.