Siempre lo decimos: el reciclaje es estupendo, así que la ecología también lo es. De hecho en la Universidad de Alberta se estudia el reciclaje de partes de vacas no usadas de vacas para crear plástico.
El proyecto comenzó como forma de solucionar cierto problema. Luego de los problemas de «la vaca loca» en 2003, algunas piezas de integrantes del ganado, tales como el cerebro y la médula espinal, dejaron de ser comercializadas por miedo a otro brote de vaca loca. Entonces el bioingeniero David Bressler decidido convertir estas partes inútiles y que quedaban sin uso en algo que pueda usarse.
Y el resultado fue plástico.
Tratando las partes con agua a gran presión se rompen varias proteínas y se crea una sustancia que puede ser unida utilizando un químico que no ha sido revelado. Y si bien el producto aún está lejos de ser comercializado, grandes compañías ya están mostrando interés.
Según Bressler, algunas compañías ya han comenzado a hacer pruebas.