¿Qué ocurre cuando el gobierno le da la espalda a los problemas ambientales? Desastres como el de Bangkok ocurren. Los fallos del gobierno a la hora de controlar el crecimiento urbano han puesto a la capital de Tailandia en una muy mala situación. En sus buenas épocas Bangkok se encontraba a 1,5 metros sobre el nivel del mar: actualmente una parte de la ciudad está bajo agua y el resto se encuentra en peligro. Aparte de la falta de atención del gobierno hay otros factores que han contribuido con esta situación.
Bangkok es como una segunda Venecia. Fue diseñada, construida y expandida de la misma forma que la famosa ciudad italiana y en las mismas circunstancias. Dentro de poco no debería ser una sorpresa que las barcas sean el nuevo medio de transporte dentro de la ciudad. Un problema de Bangkok (que también lo sufrió Venecia) es su método de obtención de agua fresca: se cavan profundos pozos para acceder a las reservas acuíferas subterráneas. Esto, sumado a la mala ubicación de muchos edificios, ha hecho que el terreno se hunda cada vez más.
Pero el mayor peligro es el aumento del nivel del mar. Al ritmo actual, se estima que Bangkok podría quedar sumergida para el año 2030 aproximadamente. Lamentablemente esta situación podría no tener marcha atrás, según señalan los expertos. Se estima que una tormenta de una magnitud considerable podría dejar a la ciudad en la misma situación que quedó New Orleans luego del pasó del huracán Katrina en 2005. Los científicos hablan sobre dos posibles soluciones para salvar la ciudad: la construcción de un dique especial de $3.000 millones de dólares (similar al de Venecia) y la movilización de parte de la población hacia sectores más estables al norte de la ciudad. Por supuesto que el gobierno de turno no está considerando ninguna de esas dos opciones.