Es normal ir a una biblioteca a estudiar, sobretodo cuando estás en una universidad y tienes que entregar un informe o trabajo especial especialmente tomado desde un libro. También es normal ir a un banco a realizar una transacción económica o ir a un supermercado para realizar compras. Son aspectos de la vida cotidiana.
Últimamente, en varios lados del mundo se están obteniendo casos de afecciones tóxicas similares entre personas que concurren a estos lugares. Varios estudiantes se han quejado de ser afectados de forma respiratoria debido a ciertos productos de limpieza que se usan de forma cotidiana en una biblioteca. Y no solo los estudiantes, sino también los encargados y trabajadores de la biblioteca. Al estar en ese ambiente concentrado, sin renovación de aire, sufrían de tos y estornudos constantes, carraspera en la garganta y hasta irritación en los ojos.
Estos productos tóxicos, entran a través de la piel, las membranas mucosas y por inhalación. Algunos son tan fuertes que incluso pueden ser neuróticos, cancerígenos e infligir problemas en madres embarazadas.
Muchos de estos productos son muy eficaces y potentes a la hora de limpiar, encerar, pulir y aclarar suelos y superficies, pero deben ser tomados en cuenta los problemas que pueden causar los químicos por los cuales están formados. Además hay que tener en cuenta que son utilizados en espacios públicos donde entra cualquier persona, de cualquier edad y en cualquier condición de salud. Esto es muy importante pues puede afectar a personas enfermas o a personas sanas que resulten ser enferma debido a la acción de estos químicos.
Hay una razón por la cuál estos químicos pueden ser adquiridos. Son muy buenos en su propósito de limpiar y desinfectar espacios, pero deben ser usados en lugares con buena corriente de aire para que no se contamine tanto el ambiente. Pero claro, muchos de estos lugares públicos tales bibliotecas o supermercados, no poseen tal cambio de aire, por lo tanto los químicos tóxicos de estos limpiadores, quedan en el ambiente y afectan a las personas.
Lo ideal sería consultar a un especialista antes de usar cualquier producto especial de limpieza en un lugar al que tengan acceso todas las personas, no sólo por el bien de esas personas, sino también por el del medio ambiente.