Hay una pregunta que mucha gente se ha hecho durante años, y es si los edificios de vidrio son realmente ecológicos. Ingenieros como Ted Kesik y profesores de alto nivel como David Coley han dado su opinión al respecto anteriormente. En pocas palabras, el cambio climático hace que la vida (y el trabajo) en los edificios de este tipo cada vez sea menos viable.
El problema del vidrio se da mucha veces cuando es demasiado delgado. Esto hace que la pérdida de calor sea mayor, incluso mayor en comparación con paredes de otros materiales. La pérdida de calor es un problema durante las temporadas frías, lo cual a su vez nos lleva a recurrir cada vez más a los aires acondicionados, estufas y demás. Si todos estos dispositivos obtuvieran energía a partir de fuentes renovables eso no sería un problema, pero en la mayoría de los casos lamentablemente no ocurre así.
Usar vidrios gruesos tampoco es una solución, ya que en verano o en temporadas calurosas los ambientes se convertirían en auténticos hornos, haciendo que tengamos que recurrir al ventilador y al aire acondicionado una vez más.
Las ventanas tienen una función muy específica, porque no sirven para reemplazar a las paredes de verdad y es lo que hace que los edificios que tienen grandes paredes de vidrio no se encuentren tan a favor de la ecología como algunos creen. El objetivo de una ventana es simple: brindar una pequeña vista y permitir la entrada de luz natural, y si se puede abrir, por supuesto también de aire.
Hoy en día las ventanas han comenzado a adoptar otro uso en los grandes edificios. Algunos creen que tenemos reinventar las ventanas, mientras que otros piensan en que lo correcto sería reinventar los edificios. A nuestro parecer, lo ideal es simplemente crear edificios con ventanas, y no edificios que juegan el papel de ventanas gigantes.
En un mundo donde el calentamiento global está en plena expansión, el aire acondicionado se convierte en uno de los mayores enemigos de la ecología.