Recientemente en España ha venido aumentando el nivel de Dióxido de Carbono (CO2) y aunque son muchas las causas como cualquier otro país, a este especialmente se le suma el nuevo reglamento impuesto por la ley española a los ganaderos donde los obliga a retirar y destruir los cadáveres de los animales con relación a la explotación ganadera lo cual deben ser llevados desde sus establecimientos hasta las plantas de tratamiento autorizadas por el gobierno español.

Según un estudio realizado por la Universidad Miguel Hernández de Elche (España) en conjunto con otras universidades como la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), Complutense de Madrid, entre otras. Indican que la ausencia de las aves de carroña afecta el cambio climático generando un aumento considerable en los gases de efecto invernadero.

 

Aves de carroña

 

Con la puesta en marcha de esta normativa la disponibilidad de alimentos para estas aves de carroñas se ve reducido, ya que gran parte de su alimentación viene dado de animales muertos, creando un impacto negativo en la población de buitres existentes en España que es donde habita la mayoría de todo el continente europeo.

Si bien la presencia de estos carroñeros en estos establecimientos de explotación ganadera o en cualquier otra planta no relacionada a mataderos, no sea el mejor método para ayudar con los cadáveres o desechos y teniendo en cuenta que a muchos de nosotros no nos gustan este tipo de aves debido a su peculiar estilo. Estos nos ayudan a mantener un equilibrio en la naturaleza ya que los ácidos que se encuentran en su estómago están hechos para procesar, digerir, destruir cualquier tipo de alimentos y junto a ellos las bacterias que puedan producir en su descomposición, beneficiando a los seres humanos de alguna manera con un control de enfermedades por así decirlo y reduciendo considerablemente, aunque no lo crean, los niveles de Dióxido de Carbono (CO2) que emite la atmósfera.