Esto no está relacionado directamente con la ecología, pero sabemos que quienes la apoyan suelen buscar alternativas a muchas cosas, y una de esas cosas es el azúcar. Uno de los endulzantes más utilizados en el mundo es el famoso Splenda.
Splenda es el nombre que se da a la sucralosa (también se conoce como Sucralin, Sucaryl, etc.), un endulzante sintético que se forma a partir del azúcar y la clorina. Es conocido como un «endulzante sin calorías» y desde hace tiempo ha sido considerado una alternativa buena y segura al azúcar. Ahora una investigación ha arrojado datos sobre los peligrosos efectos secundarios de exponer la sucralosa (Splenda o similar) a una temperatura alta.
El estudio del Journal of Toxicology and Environmental Health dice que calentar cosas con Splenda o directamente cocinar cosas con este endulzante libera toxinas muy cancerígenas en los alimentos. En otras palabras, exponer el Splenda a una temperatura alta, como la de la comida caliente o la de un café caliente, no es una buena idea.
Al ser expuesta a una temperatura alta, la sucralosa libera cloropropanoles, una sustancia tóxica relacionada con un riesgo alto de contraer cáncer, una de las enfermedades más comunes y mortales hoy en día.
El estudio también reveló que la sucralosa reduce la cantidad de bacterías buenas presentes en en tracto gastrointestinal.
Lamentablemente la sociedad es adicta a las comidas dulces y a los alimentos endulzados, así que en lugar de buscar siempre una alternativa al azúcar lo ideal es acostumbrarnos al sabor propio de diversas comidas. Usar un poco de azúcar de vez en cuando en alguna comida tampoco causará efectos devastadores sobre la salud, así que es algo de vez en cuando podemos permitirnos.