La conservación de la vida silvestre es la conservación de especies de animales y plantas que se encuentren en estado salvaje. Esta es una conservación especial cuyo objetivo es que pueda continuar adelante el ciclo de reproducción de las especies sin que las mismas sean amenazadas. Al hablar de conservación se implica que no serán las generaciones actuales quienes podrán ver los resultados de la misma, sino las generaciones futuras.
Diversas razones pueden llevar a la conservación de la vida silvestre. En algunos casos se pueden encontrar motivos deportivos, estéticos, económicos, ecológicos y por supuestos también éticos.
Los primeros conservacionistas surgieron, aproximadamente, a comienzos del siglo XX o incluso antes. Rápidamente vieron el enorme poder destructivo del ser humano, lo cual quedó muy en claro con sucesos como la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, donde no solamente se perdieron vidas humanas, sino que también se destruyeron ecosistemas diversos. Los conservacionistas hicieron énfasis rápidamente en los motivos éticos de la conservación de las distintas especies de animales y plantas, indicando que todos tenemos una cierta responsabilidad moral no solamente con los otros miembros de la especie humana, sino también con los de otras especies y también con la tierra y las plantas.