Matt Pike, un residente de Carolina del Norte, se dio cuenta el pasado fin de semana que necesitaba construir un gallinero para su gallinas, que ahora ya eran 20. Como Matt estaba construyendo una casa para su familia y para unos vecinos, decidió revolver un poco entre los materiales sobrantes y se puso manos a la obra.
El gallinero está compuesto de un techo fino de estaño que adquirió en un mercadillo, un poco de madera y algunas tablas, además de botellas de cerveza aplastadas como si fuera tablillas. Finalmente Matt tuvo que comprar el alambrado y los cerrojos de las puertas. En total gastó solamente $40 dólares y 10 horas de trabajo y ahora sus gallinas tienen un buen lugar para dormir.
Recordemos que también contribuyó con la ecología.
¡Felicidades, Matt!