El plástico es uno de los elementos sintéticos más abundantes del planeta, además de ser omnipresente en nuestras vidas diarias, llegando a consumirse un total de 300 megatoneladas al año. La explicación de su gran éxito son las múltiples ventajas de este material que lleva entre nosotros más de 150 años.
Entre estos beneficios encontramos que es un material muy maleable, amén de elástico y flexible, barato de producir, suelen ser impermeables, etc.
No obstante, la fama de este material está perjudicando gravemente el medio ambiente, especialmente los océanos donde se aglutinan en grandes cantidades para ir fragmentándose a escalas no visibles para el ojo humano, pero sin dejar de ser tóxicas y en gran medida no biodegradables.
La cantidad de plástico en nuestros océanos y sus consecuencias
De hecho, hay estudios que aseguran que en los océanos ya hay más plásticos flotando que plancton, lo cual afecta gravemente a la cadena trófica matando a cerca de un millón de aves marinas, alrededor de 100.000 mamíferos marinos y una cantidad indeterminada de peces.
Esto afecta directamente a los humanos también, ya que la cadena alimentaria se ve contaminada por estos residuos plásticos que entran en nuestra dieta afectando a nuestra salud.
Y es que las cifras son contundentes, recientes estudios cifran en 8.300 millones de toneladas la cuantía de plástico producidas desde la década de los 50. Para ilustrar esta descomunal cantidad el estudio indica que este plástico sería igual al peso de 25.000 edificios como el Empire State Building.
Pero el dato preocupante es que de esta ingente cantidad de plástico producida, 6.300 millones son desechos y tan solo el 9% ha sido reciclado, el 12% incinerado y el 79% se hallan en vertederos o en nuestro hábitat.
Otro de los descubrimientos recientes es la manera en la que acaban parte de estos desechos en los océanos. En concreto investigadores han desvelado que unos pocos ríos son responsables de la mayor parte del vertido de plásticos en los océanos.
Afirman que tan solo 10 ríos, situados en Asia y África son responsables del 88 al 95% de todo el plástico que se arroja al mar. Entre estos ríos se encuentran el Yangtze, el Ganges o el Nilo. Otros estudios rebajan esta cifra y afirman que dos tercios de un total de entre 1,15 y 2,41 millones de toneladas de plástico depositado en los océanos anualmente provienen de 20 ríos sumamente contaminantes.
Soluciones al desastre
Desafortunadamente, la situación puede empeorar más si las estimaciones se cumplen y que predicen un total de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en 2050. Sin embargo, hay ciertas medidas que se pueden tomar para tratar de revertir esta dramática situación.
En primer lugar la prevención y concienciación es crucial. Herramientas como la educación y el marketing sin ánimo de lucro que 1and1 define aquí como “medidas publicitarias utilizadas para comercializar ofertas sociales”, ayudan a fomentar una conciencia ecológica que debería dirigirse especialmente a los países más contaminantes como China o India, aunque sin descuidar los países occidentales.
Por otra parte también han surgido iniciativas como The Ocean Cleanup, creada por un holandés de apenas 23 años, para limpiar los océanos de los desechos plásticos. En la misma línea han ido apareciendo inventos con el mismo cometido como Seabina, mientras que ciudades como Rotterdam ya están dándole uso a ese plástico rescatado del mar para construir carreteras.
En definitiva, las soluciones están ahí y pasan en fomentar el reciclaje, potenciar iniciativas de limpieza como las anteriores y legislar para reducir el uso de plásticos entre otros.