En búsqueda de un mundo que sea cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha hecho un llamado a los gobiernos a que dejen de favorecer “viejos modelos de crecimiento y desarrollo”, basados en estos tipos de combustibles, así ha querido comunicar la secretaria ejecutiva Patricia Espinosa.
En un artículo de la secretaria Espinosa, exponía su convencimiento sobre los acuerdos logrados en París, los cuales dependerán del liderazgo político que tome cada gobierno e instó a dichos gobiernos a abandonar con urgencia cada tipo actividad que favorezca a sus viejos modelos. Con esto refiriéndose a los países que empleen el uso de un comportamiento de crecimiento y desarrollo basado en combustibles contaminantes.
“La tasa de progresión actual no llevará al éxito”, dice Espinosa recordando que para dar con el objetivo propuesto hay que procurar que la temperatura media mundial se sitúe por debajo de los 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y proseguir con tal de limitarlo a 1,5 grados centígrados.
Para lograrlo se ha estipulado un tiempo en los acuerdos suscritos, por lo que se necesitará una reducción inmensa de los gases de efectos invernadero para dentro de los próximos 15 años, como también está el deber de apoyar a las sociedades afectadas por el cambio climático.
Espinosa considera que contar con el apoyo del sector privado es también algo esencial. Es por ello que en este contexto subrayó su importancia de ofrecer a bancos y empresas garantías e incentivos para movilizar las “decenas de billones” que en estos momentos permanecen inmóviles en sus balances con casi nulas tasas de interés en espera por proyectos que puedan financiar con rendimientos concretos.
Comenta a juicio propio que sobre la generación actual, el como esta se encuentra en una encrucijada única: “somos la primera que puede poner fin a la pobreza, pero la última que puede actuar para evitar el peligroso cambio climático que pondría en riesgo el bienestar universal”.
Las Naciones Unidas lo tienen muy difícil, ante un problema que se ha extendido por tanto tiempo, y donde la respuesta a estos problemas no ha sido lo suficientemente oportuna y contundente para, si quiera, reducir significativamente o acabar con los factores inmediatos del problema presentes a nivel mundial y que nos afecta a todos, donde a unos más que otros pero que al final pasa factura a todos.
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